Alexander von Humboldt: sus expediciones y el final de su vida
Apasionado por la botánica, la geología y la mineralogía, tras estudiar en la Escuela de Minas de Freiberg y trabajar en un departamento minero del gobierno prusiano, en 1799 recibió permiso para embarcarse rumbo a las colonias españolas de América del Sur y Centroamérica. Acompañado por el botánico francés Aimé Bonpland, con quien ya había realizado un viaje a España, recorrió casi diez mil kilómetros en tres grandes etapas continentales: las dos primeras en Sudamérica, desde Caracas hasta las fuentes del Orinoco y desde Bogotá a Quito por la región andina, y la tercera por las colonias españolas en México.
Su plan inicial antes de embarcarse hacia el continente americano —que en ese momento estaba dividido en virreinatos— fue viajar a Egipto, un proyecto frustrado que intentaría cambiar por una travesía, que tampoco se concretó, hacia el Polo Sur.
UNA EXPEDICIÓN COMPLICADA: DESDE 1799 HASTA 1804
Deciden viajar a España en marzo de 1799, con el objeto de pedir permiso al Rey Carlos IV para viajar a las colonias españolas en América. La Corte de Aranjuez le concede a Humboldt un amplio pasaporte y, el 5 de junio de 1799, partieron desde el puerto español de A Coruña y llegaron a las Islas Canarias, desde donde cruzaron el océano en la fragata Pizarro que les llevó hasta Cumaná, emprendiendo un gran viaje por Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, México y Cuba, desde 1799 a 1804.
Tuvieron que luchar contra una naturaleza hostil e hicieron el viaje por el Macizo Oriental en mulas o a pie en condiciones laboriosas, si se toma en cuenta que tenían que colectar y estudiar plantas, animales, rocas y otras muestras, además de transportar pesados y delicados instrumentos de medición.
En Ecuador exploraron varios volcanes, entre ellos el famoso Chimborazo, que en esa época se creía que era el más alto del planeta. Los estudios de Humboldt en Perú sobre el desarrollo de las culturas indígenas y la influencia hispana son de gran valor para la Antropología Cultural.
El 15 de febrero de 1803, se dirigen por mar hacia Acapulco, México, país que visitaron hasta el 7 de marzo de 1804. En México, Humboldt desplegó una gran actividad y sus principales estudios allí se refieren a la Geopolítica, Antropología General, Cartografía, etc.
Humboldt terminó sus viajes por América con una visita a Estados Unidos, donde fue huésped del presidente Thomas Jefferson, un aficionado de los estudios geográficos, en especial sobre la Nueva España, poco después México, gracias a los cuales Estados Unidos obtuvo información estratégica de la riqueza de su vecino y del estado de debilidad interior que lo aquejaba. Diversas biografías de Humboldt señalan que los servicios del alemán, aportados ingenuamente, fueron cruciales para avivar el deseo norteamericano por apoderarse de los territorios mexicanos, tal y como ocurrió posteriormente.
VIDA EN PARÍS Y PRUSIA: LOS ÚLTIMOS AÑOS DE HUMBOLDT
Su gran legado
Humboldt se residenció en París durante poco más de veinte años y allí conoció en 1804 a un joven Simón Bolívar, con quien lo unió una gran amistad, que mantuvo hasta la muerte del Libertador. En 1805 comienza a escribir su obra dedicada a México. A partir de 1807 y hasta 1834 va apareciendo, en treinta volúmenes, su obra relativa al viaje por América. Finalmente su fortuna desapareció a consecuencias de sus viajes y el financiamiento de sus publicaciones.
En 1827 regresa a Berlín donde el Rey de Prusia lo nombra su consejero. Dicta importantes conferencias, que agrupaban a un público de los más diversos estratos intelectuales, sociales y económicos. Estas conferencias llegaron a ser tan populares que, cada vez, había que buscar salones mayores debido a la cantidad de asistentes.
Trabajó arduamente por la Ciencia durante 70 años y empleó su fortuna personal en sus viajes, publicaciones, y en ayudar a otros científicos jóvenes y de escasos recursos.
El pensamiento de Alejandro de Humboldt también profundizó en los problemas sociales. Su biografía confirma que fue un abierto enemigo de la esclavitud y combatió toda forma de opresión y discriminación.
«Es un descubridor científico del Nuevo Mundo cuyo estudio ha dado a América algo mejor que todos los Conquistadores juntos»
Simon Bolívar sobre Humboldt
El 6 de mayo de 1859 muere Humboldt y sus restos fueron sepultados en el panteón de Tegel (Berlín).
Actualmente, diversos países cuentan con asociaciones dedicadas a conservar el medio ambiente, colegios, instituciones que llevan su nombre rindiéndole homenaje al geógrafo y naturalista que tanto aportó “al nuevo mundo”.
«No es digno del hombre aceptar con naturalidad lo que es propio de la naturaleza»
Alexander von Humboldt
Escrito por: Mr.Nachetto, alumno06