Livingstone en la medicina

Introducción

David Livingston (Blantyre, Escocia; 1813 – Chitambo, Rodesia del Norte; 1873) fue un médico, explorador y misionero británico que inició la exploración del interior de África. Procedente de una familia pobre, sacó adelante sus estudios de Medicina en la Universidad de Glasgow y se enroló en la Sociedad Misionera de Londres movido por sentimientos religiosos. Mediante observaciones astronómicas, estableció situaciones correctas en la cartografía africana y realizó informes de botánica, geología y zoología. También se distinguió por su lucha contra la esclavitud. Por todo ello, en la Gran Bretaña victoriana fue considerado un héroe nacional.

Estudios

Livingstone estudió medicina en la Universidad de Anderson, en Glasgow, que actualmente es la Universidad de Stratchlyde. En 1836, con 23 años, comenzó sus estudios, financiándoselos él mismo gracias a lo obtenido durante años de trabajo en un molino de algodón en Blantyre.

Siempre mostró un gran deseo de aprender. Su padre le enseñó a leer y escribir por lo que este desarrollo cierta pasión por los libros de ciencias naturales y religión.

Fueron las creencias religiosas las que lo llevaron a África. Después de completar su entrenamiento como doctor en Londres, se unió a la Sociedad Misionera. En 1840 se embarcó con destino a Ciudad del Cabo, en Suráfrica.

Livingstone viajó lejos a predicar para así conseguir promover el cristianismo. Aprendió lenguas tribales y se ganó un gran respeto por su trabajo médico. Se especializó en obstetricia y oftalmología.

Aunque en sus primeros años se concentró en su trabajo como misionero médico, sus últimos viajes tenían por objetivo la exploración. En 1849 se convirtió en el primer europeo en cruzar el desierto del Kalahari hasta el Lago Ngami, y en 1851 alcanzó la parte alta del río Zambezi.

Malaria

Mosca del sueño

De vuelta a Gran Bretaña tras su primer viaje, Livingstone publicó «Viajes e Investigaciones misioneras en Suráfrica». En este libro no narraba únicamente sus aventuras, sino que también reveló hallazgos suyos que descubrió allí y que gracias a ellos ayudaron a muchos científicos a desarrollar una cura contra la tripanosomiasis africana, más conocida como la enfermedad del sueño.

Livingstone sospechaba sobre esta enfermedad, que ataca a humanos y animales, que en los animales se transmitía a través de la mordida de la mosca tse-tse. En el libro Livingstone narra cómo curó a un caballo que contrajo fiebre tras la mordedura de la mosca. Para curarlo usó una solución que contenía arsénico, consiguiendo así que el caballo se recuperase.

50 años más tarde, sus notas fueron leídas por investigadores quienes jugando con la estructura química del arsénico consiguieron desarrollar medicamentos contra la tripanosomiasis humana..

Últimos años

Pero los descubrimientos de Livingstone tuvieron un alto precio. Cuando regresó a áfrica en 1858 para explorar la zona de Zambezi, lo acompañó su esposa Mary y su hermano Charles, quienes terminarían falleciendo en el continente africano por disentería en 1962.

Ya en 1966, Livingstone encabezó su última expedición para ir en busca del origen del río Nilo, pero desgraciadamente había caído gravemente enfermo.

Murió en la actual Zambia, en 1873, a la edad de 60 años, víctima de la malaria y la disentería. Nunca logró encontrar la fuente del Nilo.

Treinta años después, su compatriota Scot David Bruce identificó la causa de la enfermedad del sueño. Otro científico escocés, Ronald Ross, recibiría el premio Nobel por demostrar el vínculo entre los mosquitos y la malaria.

Livingstone nunca comprendería la importancia de sus anotaciones médicas para la investigación futura.

Muchos pacientes que reciben tratamiento hoy no tienen idea de cuánto le deben a Livingstone y a los primeros pasos que dio en dirección a lo desconocido.

También te podría gustar...

Deja una respuesta