Los descubrimientos de Livingstone

David Livingstone (1813-1873) fue un famoso explorador y misionero, conocido por sus descubrimientos en África y su labor predicando el cristianismo entre las tribus más remotas de África Central.

David Livingstone

Livingstone nació en Blantyre, Escocia, en una residencia para trabajadores de una fábrica textil. Fue el segundo de siete hijos. Durante su infancia, tuvo que trabajar en esa fábrica en turnos de 12 horas diarias, pero esto no le impidió graduarse en el Charing Cross Hospital Medical School. Su padre también le animó a entrar en el sacerdocio una vez acabase sus estudios.

Tras un tiempo intentando unirse a otra escuela de medicina, Livingstone finalmente se une a la Sociedad Misionera Londinense.

Primera expedición

Aunque en un principio los misioneros se dirigían a China, el comienzo de la Guerra del Opio hizo que cambiase su destino hacia África, inspirado por el misionero Robert Moffat. Livingstone y Moffat prepararon una expedición hacia las regiones centrales de África, en la que atravesaron el Desierto de Kalahari y descubrieron el Lago Ngami.

En 1852, tras una larga travesía a través de las regiones centrales de África, la expedición decide llegar desde el océano Atlántico hasta el Índico atravesando África, con el objetivo de establecer rutas comerciales y facilitar la extensión del cristianismo a través de estas mismas rutas. En 1855, Livingstone se convierte en la primera persona europea en ver las cataratas conocidas por los nativos como «humo que truena», y que él bautizó con el nombre de Cataratas Victoria, en honor a la reina inglesa.

Las Cataratas Victoria

La expedición al Nilo

Tras una expedición fallida entre 1853 y 1863 con el objetivo de descubrir los recursos de Sudáfrica y plantear el uso del río Zambeze para viajar por el continente, la Royal Geographical Society le designó para encontrar la cabecera del río Nilo. Aunque esta tarea ya había sido realizada antes por otros exploradores, Livingstone creía que el nacimiento de este río se encontraba más al sur.

En esta expedición, Livingstone descubrió el río Lualaba, el cual Livingstone identificó incorrectamente como el comienzo del río Nilo, siendo este en realidad la cabecera del río Congo. Tras esta expedición, se dirigió al lago Tanganica, donde se dejó de recibir noticias sobre él.

Los viajes de Livingstone a través de África

«Doctor Livingstone, supongo»

Al llegar 1871, tras haber pasado años sin recibir noticias del explorador, la expedición de rescate enviada por el periódico New York Herald por fin le encuentra en las orillas del lago Tanganica. En este momento, Henry Stanley, el reportero enviado por el periódico, dijo su famosa frase:

Doctor Livingstone, supongo

Henry Stanley

El mejor misionero en África

A pesar de que se le considera uno de los más grandes misioneros en África, los registros de sus viajes declaran que solo consiguió convertir al cristianismo a una sola persona. Sechele, el líder de la tribu de los Kwena, en Botswana. Sechele, siguiendo las enseñanzas de Livingstone, convirtió a toda su tribu al cristianismo, además de enviar por su parte misioneros a otras tribus para convertirlas también.

Livingstone también dedicó gran parte de su trabajo a la abolición de la esclavitud en África, viéndola como algo más importante que el descubrimiento de la fuente del Nilo. Su trato de los sirvientes que le acompañaban a lo largo de su viaje contrastaba en gran medida con el trato que otros misioneros solían dar a sus sirvientes.

Esclavos africanos, representados por la Sociedad Misionera Londinense

Legado

La reputación de Livingstone quedó destruida tras la expedición de 1853, y sus opiniones sobre el nacimiento del Nilo fueron descartadas. Sin embargo, el reportaje del New York Herald y los testimonios de sus sirvientes sirvieron para rehabilitar su reputación. Sus relatos sobre la esclavitud en África sirvieron para avivar las voces de los abolicionistas y su labor de exploración ayudó a los poderes coloniales a formar nuevas rutas comerciales.

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