La Situación de la Mujer en la Época de Hester Stanhope
En la época de nuestra viajera y exploradora, Hester Stanhope, o lo que es lo mismo, el siglo XVIII-XIX, había una clara desigualdad en cuanto a hombres y mujeres se refiere.
En la foto del encabezado podemos observar a Hester montada a caballo. Acto que en esa época estaba horriblemente visto en mujeres, pues ellas tenían que montar de lado, y no a horcajadas,como estamos acostumbradas hoy en día.
Por no hablar de que esta mujer también hacía un uso frecuente de pantalones.Desde su niñez no le interesaban la música,la danza, ni la pintura como a las niñas de su edad. A Hester le interesaba más la caza, los caballos, la aventura y la exploración.
Esto para las personas de su entorno resultaba un total ultraje, pues no eran «cosas de mujeres».
Mas esto no le impidió ver mundo, ya que a sus 31 años de edad, tras la muerte de su tío, partió hacia Costantinopla, Turquía y luego viajó a Egipto.
Mohamed Alí la invitó a su palacio en Damasco. En ese lugar oyó hablar de Las Ruinas de Palmira , un lugar de muy peligroso acceso.
El 14 de abril de 1813, Hester tomó la decisión de fletar una caravana de 50 camellos, un nutrido séquito de criados y se vistió con espléndidas ropas a la manera de un príncipe druso, además contrató a un grupo de beduinos armados y uniformados como guardia pretoriana.
Cuando llegó fue explendidamente recibida por los árabes del lugar,quienes la apodaron Reina Blanca de Palmira.
Hester volvió unos años más tarde a Damasco y allí encontró un castillo en ruinas del tiempo de Las Cruzadas.
Hester vivió allí como una auténtica princesa drusa protegiendo a esta etnia con sus influencias en ese lugar, recibiendo a los visitantes europeos que se aventuraban por esos lugares y se hizo de una gran fama en las colonias inglesas como mujer exótica y buena anfitriona.
En 1836, el gobierno británico le embargó la pensión que se le había concedido.
la situación económica de Lady Stanhope empezó a deteriorarse gravemente a tal extremo que despidió a sus sirvientes, y otros comenzaron a robarle todos sus bienes personales
El 22 de junio de 1839, Lady Stanhope fallecía en Djoun completamente arruinada físicamente, en la oscuridad de su habitación, cubierta de harapos y en pésimas condiciones higiénicas en cama, teniendo por toda compañía a multitud de gatos y un cúmulo de objetos que había acumulado en sus viajes, fue inhumada en uno de sus jardines y su castillo fue sellado por el cónsul inglés en Damasco.
