Familia James Cook

James Cook era de origen humilde. Nació en Marton, Yorkshire del Norte, cerca de la actual localidad de Middlesbrough. Sus padres, Grace y James, realizaban tareas rurales. El padre era inmigrante escocés. En total eran cinco hermanos. James se educó en la escuela de Great Ayton, ciudad donde toda la familia se había mudado por razones laborales. Cuando tenía trece años, empezó a trabajar con su padre en la administración de una granja.

En 1745 Cook dejó su hogar para trabajar como aprendiz de tendero en la aldea de pescadores de Staithes. Después de un año y medio allí, el dueño de la tienda encontró que James no era apropiado para ese trabajo, lo llevó a la ciudad portuaria de Whitby y lo presentó a John y Henry Walker. Estos eran armadores prominentes y se dedicaban al negocio del carbón. Cook fue tomado como aprendiz en un navío mercante de la pequeña flota de barcos que transportaban carbón a lo largo de la costa inglesa.

Una vez que completó su aprendizaje de tres años, comenzó a trabajar en barcos comerciales del mar Báltico, en donde escaló rápidamente a través de los rangos de la marina mercante. En 1755 se le ofreció ser comandante del bergantín Friendship, pero al poco tiempo se postuló como voluntario al servicio de la Marina Real británica (Royal Navy).

el joven Cook decidió ingresar como voluntario en la Armada Real, donde hizo una brillante carrera. Fue cartógrafo en la costa del Atlántico Norte, y en 1768 llevó a cabo el primero de sus tres grandes viajes de exploración: al mando de la nave Endeavour, transportó a un grupo de astrónomos y al botánico Joseph Banks a la isla de Tahití. De allí siguió hasta Nueva Zelanda, donde cartografió un mapa de la costa tan preciso que se siguió utilizando durante casi un siglo. Además, comprobó que Nueva Zelanda no formaba parte de una estructura continental mayor (como algunos sostenían entonces), para lo cual la circunnavegó por completo.

Cruzó también el estrecho que separa las dos islas mayores y que lleva hoy su nombre. Luego pasó a la costa oriental de Australia, que cartografió y a la que bautizó como Nueva Gales del Sur, además de izar la bandera británica en este territorio. Antes de regresar, navegó también entre las islas de Java y Sumatra y demostró así que eran dos bloques de tierra separados.

Un hecho de suma importancia en este viaje fue que ningún hombre de su tripulación murió de escorbuto, afección que había diezmado muchas expediciones marítimas anteriores. Ello se debió a una especial preocupación de Cook por mejorar las condiciones de higiene y la dieta de sus subordinados durante el viaje, en la que incluyó los cítricos como preventivos de la enfermedad, según un descubrimiento del médico inglés Lind. Una vez en Inglaterra, fue promovido a comandante y presentado al rey Jorge III.

En 1772, James Cook partió al mando de la nave Resolution en busca de la Terra Australis, un continente del cual se pensaba que Australia era sólo una parte. Lo secundaba otro barco, el Adventure. Navegó rumbo sur hasta la Antártida y el 16 de enero de 1773 consiguió atravesar el círculo antártico. Luego llegó a las islas que hoy llevan su nombre (a las que él denominó Hervey), y al año siguiente alcanzó las islas Vanuatu, las Marquesas y la isla de Pascua.

De regreso, descubrió las islas Sandwich del Sur y las Georgias del Sur. Esta expedición demostró que no existía tal continente austral, sino la masa de hielo antártica. A su regreso recibió un nuevo ascenso y fue condecorado con la medalla Copley y nombrado miembro de la Royal Society.

En su tercer gran viaje, en julio de 1776, nuevamente al frente del buque Resolution, fue en busca de un paso entre los océanos Atlántico y Pacífico por el noroeste. En su camino encontró un conjunto de islas nuevas pertenecientes al grupo de las Sandwich, hoy llamadas Hawai. No tuvo éxito en su objetivo original de encontrar aquella comunicación, pero cartografió la costa occidental de Alaska y presentó un informe preciso sobre gran parte de la hidrografía americana con desembocadura en el Atlántico. Llegó hasta el estrecho de Bering, pero hubo de retroceder a causa del hielo.

En el viaje de regreso a Inglaterra, la expedición fondeó de nuevo en las islas Sandwich, en donde debió permanecer más tiempo del previsto a causa de dificultades climáticas que hacían imposible la navegación. Esto generó tensiones con los indígenas del lugar a causa de la escasez de provisiones, y, luego de algunas reyertas, Cook mató a un nativo, y fue a su vez apuñalado mortalmente. Pese a haber pasado gran parte de su vida en el mar, tuvo ocasión de formar una familia; a la edad de treinta y cuatro años casó con Elizabeth Batts, matrimonio del que nacieron seis hijos, la mitad de los cuales murieron en la infancia. De los tres hijos restantes, dos fueron marinos.

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