¿Qué pasó con Amelia Earhart?
El 2 de julio de 1936, Amelia Earhart y su copiloto Fred Noonan despegaron de Lae, en Nueva Guinea, en un Lockheed Electra 10E. . El vuelo se enmarcaba en la misión de lograr ser la primera mujer en volar alrededor del mundo. El 1 de junio partió de Miami y fue cumpliendo brillantemente las etapas hasta llegar el día 29 a Lae, Nueva Guinea. Se dirigían a la diminuta isla Howland, al norte del ecuador en el centro del océano Pacífico. Sin embargo, no pudieron llegar a Howland, y pese a numerosas partidas de búsqueda, nadie ha podido encontrarles todavía.
Los guardacostas y la Armada estadounidenses rastrearon la zona en barco y en avión durante dos semanas. George Putnam, el marido de Earhart, contrató a marineros civiles para seguir escrutando los mares. Durante años, numerosos entusiastas han buscado señales de Earhart y de su avión en las islas Marshall, en Saipán y en las profundidades marinas.
Tras ochenta años, el misterio en torno a la desaparición de Amelia Earhart —y el entusiasmo por resolverlo— apenas se ha desvanecido. Hay tres principales teorías en torno a esta.
Teoría N.º 1: Se estrellaron en el océano abierto cerca de su destino
La postura oficial de Estados Unidos es que Earhart y Noonan se quedaron sin combustible mientras volaban hacia la isla Howland y acabaron estrellándose en el Pacífico.
El buque patrullero de los guardacostas estadounidenses,
Itasca, estaba en Howland para ayudar a Earhart en esta época preradares proporcionando ángulos de radio y una columna de humo, pero debido a problemas con la radio, la comunicación era esporádica y se cortaba. Según los registros de radio del Itasca, Earhart les indicó que debía encontrarse cerca de Howland pero no podía avistarla y se estaba quedando sin combustible. La Electra nunca llegó a la isla.
Hace unos 15 años, Nauticos —una empresa de Hanover (Maryland) que realiza búsquedas en las profundidades de los mares, entre otros servicios de búsqueda oceánica— lideró una partida para localizar el avión de Earhart donde se cree que se estrelló: en el océano Pacífico, cerca de la isla Howland.
El presidente de Nauticos, David Jourdan, dijo en 2003 que, a partir del estudio de factores como las transmisiones de radio entrecortadas de Earhart y lo que se sabe acerca del suministro de combustible de la Electra, él y sus colegas habían acotado un área del océano en la que creen que finalmente encontrarán la tumba submarina de la aeronave.
«Estamos seguros de que está en la zona en la que estamos buscando», dijo Jourdan. «Por supuesto, no podemos garantizarlo, ya que podría estar fuera de los límites, pero estamos seguros de que se encuentra en los alrededores».
En marzo y abril de 2002, la empresa utilizó un sistema de sónar de alta tecnología para buscar a gran profundidad a lo largo de 1.630 kilómetros cuadrados de lecho oceánico cerca de Howland. No encontraron el avión ni en dicha expedición, ni en la misión siguiente en 2006.
Más adelante, en 2009, un equipo organizado por el Waitt Institute for Discovery rastreó un área de prácticamente la superficie del estado de Delaware al oeste de Howland con la ayuda de robots para aguas profundas.
Aunque la expedición no desveló ninguna nueva pista, el optimista Ted Waitt, presidente del instituto, declaró que sus resultados «eliminaban miles de kilómetros cuadrados para futuras búsquedas».
Teoría N.º 2: El naufragio en Nikumaroro
El Grupo Internacional para la Recuperación de Aeronaves Históricas (TIGHAR, por sus siglas en inglés) está investigando la hipótesis de que Earhart y Noonan aterrizasen su Lockheed Electra 10E en la isla Nikumaroro, un pedazo de tierra a 350 millas náuticas al suroeste de Howland, al no poder encontrar su destino.
Los investigadores basan su hipótesis en las últimas transmisiones de radio de Earhart. A las 8:43 a.m. del 2 de julio, Earhart envió un mensaje por radio al Itasca: «KHAQQ [las letras de llamada de la Electra, su aeronave] a Itasca. Estamos en la línea 157 337». La Itasca recibió la transmisión, pero no logró conectar con la señal de radio.
La «línea 157 337» indica que el avión estaba volando en la línea de navegación del noroeste al sureste que atravesaba la isla Howland. Si Earhart y Noonan pasaron sobre Howland, habrían volado o bien al noroeste o bien al sureste de la línea para encontrar la isla. Al noroeste de Howland solo hay océano abierto durante miles de kilómetros; pero al suroeste se encuentra Nikumaroro.
El mensaje de radio sobre su línea de posición fue la última transmisión confirmada de Earhart, pero los operadores de radio recibieron 121 mensajes durante los 10 días siguientes. De ellos, al menos 57 podrían haber sido de la Electra. Las estaciones inalámbricas obtuvieron orientaciones de dirección de seis de los mensajes.
«Cuatro se cruzaban cerca de las islas Fénix», explica Tom King, arqueólogo del TIGHAR. «La mayoría de los mensajes se emitían durante la noche, cuando había marea baja».
En la época en la que desapareció Earhart, la marea de Nikumaroro era especialmente baja, lo que dejaría al descubierto una superficie coralina a lo largo de la orilla, lo suficientemente plana y larga para aterrizar. Si Earhart logró mandar alguna de esas 57 transmisiones por radio, el avión debería haber aterrizado relativamente intacto.
Los investigadores de TIGHAR tienen la teoría de que Earhart y Noonan enviaban señales de radio por la noche para evitar el abrasador calor del día dentro del avión de aluminio. Finalmente, la marea se llevó a la Electra del arrecife, y quizá se hundió o se rompió debido al oleaje. Las transmisiones cesaron el 13 de julio de 1937.
Existen otras pruebas que apuntan al fatídico destino de Earhart y Noonan como náufragos en Nikumaroro. En 1937, una partida británica exploró la isla con la intención de colonizarla. Eric Bevington, un oficial colonial, se dio cuenta de que parecía un «campamento de noche». También sacó una fotografía de la costa, que incluye un objeto no identificado que, según TIGHAR, podría tratarse del tren de aterrizaje del avión.
Para 1938, la isla había sido colonizada como parte del plan de asentamiento en las islas Fénix, una de las últimas expansiones del imperio británico. Los colonizadores informaron de que habían encontrado partes de aeronaves, algunas de las cuales podrían haber sido de la Electra.
En 1940, Gerald Gallagher, el administrador de la colonia, descubrió 13 fragmentos de hueso enterrados cerca de los restos de una fogata. También encontró los restos de dos zapatos —de hombre y de mujer—, así como una caja que en su día contenía un sextante, un instrumento de navegación. Los huesos se llevaron a Fiji, donde fueron medidos y finalmente se perdieron. Los investigadores de TIGHAR estudiaron las medidas utilizando técnicas modernas y determinaron que los huesos podrían pertenecer a una mujer del tamaño y la complexión de Earhart.
TIGHAR ha realizado 12 expediciones a Nikumaroro desde 1989. Durante dichas visitas a la isla han identificado un lugar que coincide con la descripción de Gallagher del emplazamiento en el que se encontraron los huesos.
En el «Seven Site» —nombre que le han dado por la forma del claro que le rodea— existen restos de varias hogueras, así como restos de aves, peces, tortugas y almejas, lo que indicaría que alguien habría comido allí. Basándose en la forma en la que abrieron las almejas y consumieron el pescado (no se habían comido las cabezas), probablemente no eran isleños del Pacífico.
En este lugar también se han encontrado varios recipientes de cristal de la década de 1930. Uno de ellos podría haber contenido una crema para ocultar las pecas, un cosmético que es posible que Earhart hubiera utilizado.
La expedición de TIGHAR sigue su curso en Nikumaroro, donde usarán a cuatro perros especializados en detectar restos humanos a profundidades de hasta 2,75 metros y con una antigüedad de hasta 1.500 años. «No hay otra tecnología más sofisticada que los perros», afirma Fred Hiebert, arqueólogo residente de la National Geographic Society, que está patrocinando la exploración canina. «Tienen una tasa más alta de éxito a la hora de identificar objetos que los georradares».
Teoría N.º 3: La conspiración de las islas Marshall
Una tercera teoría afirma que Earhart y Noonan, incapaces de —o quizá no queriendo— encontrar la isla, se dirigieron hacia el norte en dirección a las islas Marshall controladas por los japoneses, donde los tomaron como rehenes, posiblemente como espías estadounidenses.
Algunos creen que los dos pilotos fueron asesinados, mientras que otros creen que Earhart, y quizá también Noonan, volvieron a Estados Unidos con nombres falsos. Según una teoría, Earhart escogió el nombre de Irene Craigmile y a continuación se casó con Guy Bolam, convirtiéndose en Irene Bolam, que murió en Nueva Jersey en 1982.
«Si no podía encontrar el camino hasta Howland, el plan B era cortar toda comunicación, dirigirse a las islas Marshall y abandonar allí su avión», explicaba en 2003 Rollin C. Reineck, un coronel retirado de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que vive en Kailua, Hawái.
El libro de Reineck, Amelia Earhart Survived, describe una hipótesis en la que Earhart abandonó su avión en las islas Marshall y a continuación regresó a Estados Unidos con un nombre falso por razones de seguridad nacional.
Según Reineck, este plan habría permitido al gobierno estadounidense rescatar a Earhart en las islas Marshall y al mismo tiempo llevar a cabo un reconocimiento preguerra de los japoneses. «Sin embargo, el plan se frustró, como ocurre con muchos otros planes», afirma Reineck. Earhart habría enviado un comunicado por radio diciendo que se estaba dirigiendo hacia el norte, el mensaje fue interceptado y los japoneses la hicieron prisionera, según él.
En los últimos años, el profesor de ciencias de instituto y entusiasta de Earhart, Dick Spink, ha tomado el relevo a Reineck, recopilando historias orales en las islas Marshall que, según él, son la prueba de que Earhart y Noonan aterrizaron en un diminuto atolón llamado Mili.
«El mundo tiene que saberlo», dijo Spink en una entrevista en 2015. «Demasiadas personas en las islas Marshall me contaron una historia demasiado coherente como para descartarla. Ellos dicen: ‘Aterrizó en Mili. Nuestros tíos y tías, nuestros padres y abuelos saben que aterrizó aquí’».
Los testimonios de los habitantes de las islas Marshall son tan convincentes que Spink ha puesto 50.000 dólares de su bolsillo en busca del lugar en el que aterrizó Earhart. Él sostiene que las historias de los isleños serán corroboradas gracias a pruebas científicas.
El documental del History Channel, Amelia Earhart: The Lost Evidence, señala nuevas conexiones entre Earhart y las islas Marshall vinculadas a una fotografía de archivo de 1937 en un muelle del atolón Jaluit, una de las islas Marshall, en la que según los directores del documental aparecen Earhart y Noonan. El documental afirma que la armada japonesa consideró a Earhart y Noonan espías estadounidenses, y finalmente les encarceló en la isla de Saipán a la espera de un destino incierto.
«El avión habría tenido que flotar bastante distancia» para alcanzar las islas Marshall, señaló Long en una entrevista. Para él, la respuesta al misterio se encuentra sepultada a 5.000 metros bajo la superficie del océano.
Fred Patterson, piloto de World Airways durante 25 años que también ha tenido dos Electras, comparte la opinión de Long. «No hay forma de que llegase a las islas Marshall», dijo en 2015. «Yo mismo he realizado vuelos de larga distancia en ese avión y sé exactamente cuánto consume cada hora».
Patterson, Long y muchos otros en su campo argumentan que las transmisiones sitúan a Earhart cerca de su destino previsto de la isla Howland cuando esta comunicó que «el combustible estaba bajo». La distancia entre Howland y el atolón Mili es de 1.280 kilómetros, a casi cuatro horas y media de vuelo a la velocidad de crucero de la Electra.
Sin embargo, hasta que los restos de Earhart se descubran en el Pacífico, el misterio que rodea su desaparición seguirá invitando especulaciones de todo tipo.
Bibliografía
https://canalhistoria.es/hoy-en-la-historia/desaparicion-de-amelia-earhart/